«No tenemos los mismos derechos»
16 enero, 2020La feminización de la pobreza: un fenómeno a nivel mundial
21 enero, 2020En los últimos meses Irán ha estado en el centro de las noticias de origen internacional, sobre todo a raíz del asesinato del general iraní Qasem Soleimani por EE.UU en Irak y del derribo involuntario de un avión ucranio por parte de la Guardia Revolucionaria. Las tensiones entre Washington y Teherán han ido en aumento y las miradas al mundo se dirigen hacia la posibilidad del estallido de un nuevo conflicto bélico.
En este contexto, la medallista olímpica de la disciplina de Taekwondo Kimia Alizadeh, ha renunciado a su país y se ha instalado en Europa, comenzando sus entrenamientos en los Países Bajos. Su caso, es uno más entre muchos, ya que hace años que en Irán se acentúan las tendencias de fuga de cerebros y talentos como el caso de Navid Zangeneh, deportista de lucha libre olímpica o Alireza Firouzja, jugador de ajedrez; quienes han decidido refugiarse en distintos países para continuar con sus formaciones deportistas profesionales.
Si bien todos los casos responden a las dificultades económicas, a ello se le han sumado particularmente las limitaciones sociales que agobian a todas las nuevas generaciones y en especial a las mujeres. En su cuenta de Instagram, Kimia Alizadeh deja entrever el machismo que ha sufrido como mujer deportista representante de su país: “Querida gente de Irán, no quería subir las escaleras de la corrupción y las mentiras. Nadie me ha invitado a Europa (…) en realidad he estado sufriendo las dificultades de la nostalgia porque no quería sentarme en la mesa de la hipocresía, la mentira, la injusticia y la adulación”, aduciendo que las mujeres son tratadas como «herramientas de un régimen que quiere explotar políticamente el éxito deportivo y que humilla a mujeres como ella» y afirmando que «en sus mentes machistas ¡siempre pensaban que Kimia es una mujer y no tiene lengua! Mi espíritu perturbado no encaja en sus canales económicos sucios y sus estrechos lobbies políticos. Yo no tengo otro deseo, más que taekwondo, seguridad y una vida feliz y saludable».
Las restricciones para el acceso de las mujeres a los estadios de fútbol es solo un ejemplo del inmovilismo del sistema iraní. Si bien las autoridades tuvieron que ceder recientemente ante la exigencia de la FIFA para los partidos internacionales, las iraníes aún no tienen acceso libre a las gradas, cuestiones que en el mundo de hoy resultan retrógradas.
Por otro lado, si bien hoy en día en todos los países hubo un avance general en la consideración del deporte como un trabajo profesional reflejado del otorgamiento de ayudas, becas y subvenciones por parte de los Estados y también empresas privadas (mediante sistemas de sponsoreo), falta mucho camino por recorrer. En el caso español, por ejemplo, los contratos de los deportistas profesionales están catalogados bajo «una relación laboral especial» prevista en el Real Decreto 1006/1985 en la cual «están incluidos todos aquellos deportistas profesionales que se dediquen de forma voluntaria a la práctica deportiva dentro de un club o entidad deportiva a cambio de una retribución. También se incluyen aquellas relaciones con carácter regular en las que deportistas y empresas se unen con el objetivo de organizar eventos deportivos o bien, cuando se contrata a un deportista por parte de una empresa o firma comercial para el desarrollo de una actividad deportiva concreta».
No es sorprendente que como en el resto de los empleos remunerados, las mujeres sean quienes se encuentran en desventaja, quienes reclaman por acceder a las mismas condiciones laborales y salariales que los varones, sean deportes individuales o grupales. El caso de las futbolistas españolas y argentinas, quienes desde hace tiempo han venido luchando por ganar un espacio y mejorar sus convenios colectivos en sus respectivas Asociaciones de Clubes es un claro ejemplo. En argentina es aún más reciente la regularización del trabajo de las futbolistas, ya que recién en el año 2019 se profesionalizó la liga de fútbol femenino, mientras que en España es un hecho desde 1983, sin embargo, son muchas las deudas pendientes en torno a la mejora de las condiciones salariales y a los derechos laborales en general, las cuales incluyen cuestiones de maternidad en general, entre otras, como las vacaciones pagas.
Sin ir más lejos, si uno auto-reflexiona, cuando hablamos de fútbol se sobre entiende que se habla de hombres y cuando por lo general se busca referir a las mujeres se aclara que estamos hablando de «fútbol femenino»; cuestión que denota el atraso cultural de considerar al deporte femenino como tal y la necesidad de continuar con el proceso de de-construcción de modismos verbales mal utilizados.
Para obtener más información ingresa en los siguientes enlaces:
- Adiós al velo y a Irán: la única medallista olímpica iraní renuncia a su bandera
- La única medallista olímpica de Irán huye del país
- La medallista iraní Kimia Alizadeh huye a Europa harta de la «opresión»
- «Huelga de futbolistas españolas»
- El año de la Revolución del Fútbol Femenino Argentino
- Real Decreto 1006/1985
Publicación realizada por Julieta Delgado y María Victoria Picciotto para el programa de voluntariado del proyecto Empoderamiento e Igualdad -Empleo (2020) desarrollado por Fundación Mujeres y financiado por el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social.