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2 abril, 2024Aunque las desigualdades tradicionales en el lugar de trabajo están disminuyendo, la carga no remunerada de trabajos del hogar sigue siendo desproporcionada para la mayoría de mujeres. Esto tiene consecuencias directas con su desarrollo laboral y su capacidad para avanzar.
Una de las responsabilidades del hogar con mayor carga mental son los cuidados. Cuando al hablar de conciliación se concluye que es el equilibrio entre la vida laboral y personal, la parte «personal» no habla solamente de las responsabilidades de cuidado, si no que hace referencia a la posibilidad de que cada persona pueda tener tiempo para fomentar el bienestar personal y social. Sin embargo, en muchas ocasiones entre las responsabilidades laborales y las responsabilidades de cuidado que, en su mayoría, son asumidas por mujeres, el tiempo propio disponible es inexistente.
Los cuidados son un trabajo y tienen un precio
Según la Organización Mundial de la Salud, el concepto de cuidados “abarca la atención y apoyo necesarios a lo largo de la vida de todas las personas, desde la infancia hasta la vejez, así como momentos de enfermedad o dependencia”.
Hemos aprendido que las tareas de cuidados pertenecen al ámbito privado y que, a diferencia de las realizadas en el ámbito productivo, no tienen un valor económico. Si cambiamos esa perspectiva y cuantificamos el valor de estas tareas, Intermón Oxfam estima que mujeres y niñas en todo el mundo realizan un total de 12.500 millones de horas diarias en tareas de cuidados, lo que supondría 10,8 billones de dólares anuales.
Este trabajo de sustento ha sido históricamente impuesto a las mujeres, por lo que el coste de estas tareas que se entendían sin valor, ha sido sistemáticamente asumido por ellas. En España, más del 75% de las personas que prestan cuidados son mujeres, y si observamos las personas que reducen su jornada laboral por motivos de cuidados, lo hacen ellas en un 95%, tal como refleja el estudio Economía de los cuidados, desigualdad de género y pobreza.
Coste laboral del reparto desigual para las mujeres
Como añadido a la falta de valoración económica de estas tareas, debemos resaltar el coste de oportunidad para las mujeres que se ven abocadas a cargar con los cuidados:
- Expulsión del mundo laboral. El imperativo de rechazar oportunidades de estudios o empleo supone en muchos casos la incapacidad de iniciar una carrera profesional, casi eliminando la empleabilidad de estas mujeres.
- Reducciones de jornada o excedencias. Tal como hemos mencionado, son las mujeres quienes en su práctica totalidad reducen su jornada laboral o solicitan excedencias por la necesidad de dedicarse a labores de cuidados. Esta situación supone que aunque retomen su carrera profesional, partirán de puestos y condiciones inferiores a las de sus homólogos masculinos.
- Obligación a elegir puestos de trabajo que permitan más flexibilidad, horarios más previsibles o menos horas presenciales. Las mujeres también renuncian a puestos más deseados o atractivos para su carrera profesional para acceder a otros que les permitan una mayor conciliación.
- Falta de acceso a redes de networking. Al tener una disponibilidad mucho más reducida, ellas no tienen acceso en la misma medida a redes de networking que se tejen en reuniones, encuentros y viajes en los que no pueden estar presentes. En muchas ocasiones, estas redes resultan indispensables para acceder a promociones y mejoras profesionales.
El reparte desigual de las tareas del hogar, sigue siendo un obstáculo significativo para el desarrollo laboral, personal y social de las mujeres. Abordar la carga invisible y promover mayor número de acciones de conciliación y corresponsabilidad, contribuye a la creación de entornos laborales más inclusivos y equitativos donde las mujeres puedan tener la oportunidad de alcanzar su máximo potencial.
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Puedes consultar más información en materia de conciliación a través del siguiente enlace del Observatorio de Igualdad y Empleo.
Noticia enmarcada dentro de la campaña #DíaDeLaConciliación por motivo del 23M Día Nacional de la conciliación y la corresponsabilidad y que se desarrolla dentro del proyecto Alicia promovido por Fundación Mujeres y financiado por el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, el Ministerio de Trabajo y Economía social y Cofinanciado por la Unión Europea-Programa Estatal de Inclusión Social, Garantía infantil y lucha contra la Pobreza.