DANA Castilla-La Mancha
30 diciembre, 2019Irán: la deserción de deportistas – profesionales por las políticas del régimen
21 enero, 2020Es ya de conocimiento común que las mujeres europeas ganan al mes un 20% menos que los hombres, una cifra que en el caso de las españolas se sitúa en el 17%. Según las cifras publicadas por el INE a fines del 2019, la diferencia salarial entre lo cobran hombres y mujeres es de más de 400 euros.
Y no alcanza únicamente con agrandar año a año la brecha salarial, además, alrededor del 24% de las mujeres trabajan a tiempo parcial, mientras que en los hombres ese porcentaje desciende a solo el 7%: en promedio, las mujeres trabajan 35 horas por semana y los hombres trabajan 40.
Y, como si esto fuera poco, también se registró un aumento en el acoso (psicológico y sexual) en el trabajo; y aunque las denuncias se reducen mes a mes probablemente por miedo al qué dirán o miedo a poner en peligro el puesto de trabajo, tan solo Mobbing Madrid atendió 1.058 víctimas de acoso laboral en 2019. Nunca está de más está aclarar que más del 90% de las personas que sufren acoso laboral son mujeres.
Anuncios falsos, precarización laboral, regalos inapropiados, comentarios machistas, maltratos, denigración… Todos actos de acoso que deberían ser completamente erradicados del comportamiento humano.
Entonces, es la suma de todos estos hechos lo que termina por violentar al género femenino. La falta de oportunidades, la mala paga, la diferencia con los hombres, la violencia de género en el trabajo: todas asignaturas pendientes de las empresas españolas.
A pesar de que en el 2007 se firmó la Ley Orgánica 3/2007, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres, la cual «tiene por objeto hacer efectivo el derecho de igualdad de trato y de oportunidades entre mujeres y hombres, en particular mediante la eliminación de la discriminación de la mujer«, del millón y medio de empresas españolas, solo 4.500 están obligadas a tener un plan de igualdad. Y, de ellas, solo 276 lo tienen.
Si no cobramos lo mismo, no tenemos los mismos derechos.
Si no nos ofrecen los mismos cargos, no tenemos los mismos derechos.
Si abusan de su autoridad, no tenemos los mismos derechos.
Publicación realizada por Julieta Delgado y María Victoria Picciotto para el programa de voluntariado del proyecto Empoderamiento e Igualdad -Empleo (2020) desarrollado por Fundación Mujeres y financiado por el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social.